
Hay quien piensa que la profesionalidad se mide en el lustre de los zapatos, en lo bien anudada que lleves la corbata, en el uso de un lenguaje pomposo y estructuras gramaticales sinousas,...
Estas personas son las que ante comentarios humorísticos en reuniones y/o documentos, ante el uso de técnicas o herramientas de comunicación alternativas y de un lenguaje no excesivamente formal, ante los pelos largos y barba de tres días, los vaqueros y las camisetas, prejuzgan de manera negativa a un profesional.
Pero la historia nos demuestra que muchos grandes profesionales no tenían tanta preocupación por los aspectos puramente estéticos... sin ir más lejos, aquí os dejo a algunos ejemplos:
Richard Stallman | ![]() |
Linus Torvalds | ![]() |
Bill Gates | ![]() |
Steve Jobs y Steve Wozniak | ![]() |
Albert Einstein | ![]() |
¿Te imaginas la cara que se les habrá quedado a aquellos que no confiaron en estos profesionales únicamente por su aspecto poco ortodoxo?
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