Hasta ahora hemos visto cómo organizar las tareas y acciones pendientes, pero todos estos recordatorios no servirán para nada si no los revisamos siempre que tengamos un momento libre (o, al menos, una vez al día).
Cuando realizamos la revisión de las tareas y acciones pendientes debemos tener en cuenta diversos factores como el tiempo disponible, la energía y los recuros que tengamos en dicho momento y, en función de ellos, decidir qué elemento debe ser llevado a cabo. Sin embargo, si al aplicar la revisión observas que tienes una tendencia a realizar las tareas sencillas, dejando pendientes siempre aquellas que requieren un mayor esfuerzo, puede ser recomendable cambiar la estrategia y comenzar a escoger las acciones según el orden en el que se incluyeron en las listas al procesar la bandeja de entrada.
Además, debemos aplicar un tratamiento especial sobre las tareas/acciones "en espera", ya que al menos semanalmente deben revisarse y, en el caso de que no se tenga constancia de su avance, deberán realizarse las acciones necesarias para conocer su estado y/o conseguir que la persona a cargo de dicha tarea la lleve a cabo.
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