Tras recopilar, procesar, organizar y revisar, ya sólo nos queda una actividad del proceso GTD de gestión de tareas: Hacer.
Está claro que este proceso (o cualquier otro proceso de gestión de tareas que implementemos) no irá a ningún sitio si al final no tenemos tiempo para hacer las tareas pendientes. Por eso, cuando empieces a poner en práctica GTD, verás que en realidad las cuatro primeras actividades te llevarán muy poco tiempo, dejándote así tiempo para lo realmente importante -hacer tus tareas- y sin embargo el conjunto te proporcionará un gran número de beneficios.
Así que recuerda, recopila tus tareas, procésalas, organízalas y revísalas regularmente, pero sobre todo no olvides que todas esta organización sólo será útil si finalmente te sirve para hacer tus tareas.
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